A medida que usted envejece, cambia la forma como los sentidos (gusto, olfato, tacto, vista y oído) pueden darle información acerca del mundo. Dichos sentidos se vuelven menos agudos y usted puede tener problemas para diferenciar los detalles.
Los cambios sensoriales pueden afectar el estilo de vida. Puede tener problemas para comunicarse, disfrutar las actividades y permanecer involucrado con las personas. Los cambios sensoriales pueden llevar al aislamiento.
Los sentidos reciben información del ambiente. Esta información puede ser en forma de sonido, luz, olores, sabores y tacto. Dicha información se convierte en señales nerviosas y es llevada al cerebro. Allí, se convierte en una sensación significativa.
Se requiere una cierta cantidad de estimulación antes de que se haga consciente de la sensación. Este nivel mínimo se denomina umbral. El envejecimiento aumenta este umbral, de manera que la cantidad de estimulación necesaria para que usted se dé cuenta de la sensación se vuelve mayor.
Todos los sentidos pueden resultar afectados por la edad, pero la afectación mayor es en la audición y la visión. Muchos de estos cambios se pueden compensar con aparatos como anteojos y audífonos o por cambios en el estilo de vida.
Fuente: Medline Plus.