Saber envejecer es ir aceptando los cambios físicos, psicológicos y sociales que se van produciendo, con el fin de aceptar, cómo, también el entorno va cambiando mucho más de prisa de lo que los mayores pueden hacerlo.
Para aprender a envejecer se requiere ante todo de una preparación interior, ayudada por la sabiduría, prudencia y sentido de previsión que se ha adquirido en el paso por la vida.
Por ello, es importante estar consciente de muchas de las cosas que sucederán y prepararse para aceptar todos estos cambios como hechos naturales de la vida, sin temor, sin rabia y sin depresión.
El significado de aprender a envejecer es realmente “aprender a vivir las distintas etapas como una etapa más de los distintos ciclos vitales.
Los pilares en que se basa este nuevo «aprender a vivir» son:
-Aprender a conocer, es decir, adquirir los conocimientos para comprender el mundo que lo rodea, lo cual significa para el adulto mayor conocer las características del envejecimiento, las naturales limitaciones que se presentan y las formas de superarlas, si ello es posible, y de lo contrario, asumirlas.
-Aprender a hacer, que incluye el aplicar los conocimientos para influir en el propio entorno, adquiriendo competencias nuevas. En el caso del adulto mayor significa realizar algunas actividades en forma diferente a la acostumbrada para compensar las limitaciones físicas; reconociendo nuevas necesidades que requieren, por ejemplo, el desplazamiento más lento y cuidadoso en la marcha, o la adquisición de otras competencias para compensar los deterioros biológicos y así conservar el mayor tiempo posible la auto valencia.
-Aprender a vivir juntos o aprender a vivir con los demás. Para el adulto mayor significa analizar y proyectar su experiencia para lograr una comprensión más amplia de los otros, ya que deberá, seguramente, adaptarse a una nueva composición de los grupos habituales, como la familia por ejemplo, y reconocer los cambios de roles que asumen sus integrantes. Por otra parte, los adultos mayores, al ampliar sus experiencias de aprendizaje participando en las actividades planificadas para ellos, seguramente harán nuevas amistades e integrarán nuevos grupos que compensarán, en parte, las pérdidas personales, el aislamiento y la soledad, proporcionándoles renovadas perspectivas de vida.
Fuente: AMANOZ FUNDACION JUAN CARLOS KANTOR.