La soledad, que en Chile no ha sido tan popular últimamente, se está poniendo preocupantemente de moda. Pero lamentablemente no como apelativo, sino como sentimiento, especialmente en las personas mayores. La palabra, cuyo significado en latín es “mujer solitaria”, parece estar inundando nuestra sociedad.
El programa Adulto Mejor del gobierno apunta en la dirección correcta al ocuparse de nuestra creciente población mayor (hoy somos 2,1 millones de personas mayores de 64 años y en 2050 seremos 5,4 millones, según datos del INE). No obstante, esta causa exige una preocupación permanente que traspase los intereses de los gobiernos de turno. Para ello es necesario, en primer lugar, valorar y capitalizar la experiencia de las personas mayores, si no queremos que se conviertan en una carga en todo el sentido de la palabra. Tenemos que trabajar hoy por una cultura que los integre socialmente, que los valide intelectualmente y que los incorpore en el trabajo. Ese es el mínimo si queremos ver cambios.
Un informe del año 2017 presentado durante la Convención Anual de la Academia Americana de Psicología, concluía que la soledad podría llegar a ser tan dañina como fumar 15 cigarrillos al día. Lo que está en juego no es solo la dignidad e inclusión de un sector que merece más que un espacio preferente en estacionamientos o al ir de compras, sino la vida de miles de personas que este fenómeno está apagando.
Alejandra Valdés
Directora Fundación Amanoz